Un ciclo es, según la Real Academia Española, “una serie de fases o estados por las que pasa un acontecimiento o fenómeno y que se suceden en el mismo orden hasta llegar a una fase o estado a partir de los cuales vuelven a repetirse en el mismo orden”. En el fútbol suele utilizarse el término para describir el paso de un jugador o un entrenador por un club. El ciclo puede ser bueno o malo pero será un ciclo al fin. En el basquet de la NBA también se habla de ciclos pero hay otro término que sirve para clasificarlos: dinastía. Una dinastía, técnicamente, es “una serie de reyes o soberanos que pertenecen a la misma familia por un período de tiempo determinado”. Una dinastía vendría a ser el ciclo exitoso de un equipo que se extiende en los años. La analogía encaja perfecto con Los Angeles Lakers de Magic Johnson o los de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal, los Chicago Bulls de Michael Jordan y Phil Jackson o los San Antonio Spurs de Gregg Poppovich y el trío Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker.

Todo esto, sumado al partido de River anoche en San Pablo, nos deja dos preguntas: ¿ha llegado a su fin el ciclo de Marcelo Gallardo en River? ¿Fue acaso una dinastía del fútbol internacional?

La eliminación ante Palmeiras privó a River de una cuarta final de Copa Libertadores en poco más de seis años. Seis años son justamente los que lleva el “Muñeco” en el “Millonario” y además de jugar finales también las ganó: los títulos de 2015 y 2018 serán inolvidables. Recopas internacionales, nacionales, copas Argentina y Sudamericana también están en el haber del River del “Muñeco”. No es difícil entonces responder la segunda pregunta: lo de River en los últimos seis años fue una dinastía.

Pero si hacían falta argumentos para ponerlos a esa altura, el partido de anoche sumó uno más. El nivel de River fue tan alto, en una instancia decisiva y en una situación tan adversa que obligan a decir que los brasileños no merecieron llegar a la final. Así fue el 2-0 de anoche y podría haber sido 4-0 sin el VAR, por más técnicamente correcto que haya actuado. River decidió no protestar y felicitó a su rival lo que lo eleva un poco más.

Con todo esto, la primera pregunta queda contestada: el River de Gallardo fue una dinastía. Lo difícil será contestar la segunda. El “Muñeco” no contestó preguntas en la conferencia de prensa y tampoco días atrás cuando se le consultó por su continuidad.

No parece ser una derrota de esas que pongan fin a una era. Al contrario, tal vez ayude a estirarla en el tiempo. Quizás sí lo fue el 3-0 de la semana pasada pero estuvo a punto de darlo vuelta. Pero si el ciclo y la dinastía del Boca de Carlos Bianchi se desmoronó en una final de Libertadores que perdió por penales (ante Once Caldas en 2003), porqué no podría pasar algo similar aquí. No sabemos cuál es el nivel de desgaste.

Las vacaciones serán cortas para el plantel y el cuerpo técnico. Los dirigentes entrarán en acción y no parece que debiera pasar mucho tiempo hasta saber si Gallardo seguirá o no. Si el ciclo continuará y si la dinastía estará en el trono un año más.

Informe copero

Varias polémicas

Un repaso por las jugadas polémicas: el gol anulado a Montiel por el offside de Ignacio Fernández. Fue difícil hallarlo pero pareció bien sancionado. Suárez simuló en el penal. El último penal revisado fue un manotazo de ahogado. Pareció más digna de revisar el manotazo de Weberton, arquero de Palmeiras, a Paulo Díaz. Un partido cargado de jugadas dudosas.

Reconocimiento

Abel Ferreira, técnico de Palmeiras, es el segundo portugués que frustra a River en la Libertadores. Tras el partido fue directamente a saludar a Gallardo.

Horario confirmado

La final de la Libertadores, que se jugará el sábado 30 de enero en el Maracaná, comenzará a las 17.